sábado, 29 de junio de 2013

Manuel Felguérez

Sin título (25/12) / Óleo sobre tela / 73 x 116 cm / 2012

Una vida dedicada a la aventura de crear, nació en Zacatecas en 1928. Lo encontramos pintando porque “esperar lo pone nervioso”. Trabajó en decenas de empleos para vivir y llegó a pintar murales gratis. Se dedica por completo a su obra porque su amada Meche le resuelve los trámites de montar una exposición, tratar con los insoportables críticos y hacer relaciones públicas. Está obsesionado con los tonos anaranjados y azules de la Crucifixión del Giotto di Bondone. Se ganó con paciencia la libertad que hoy ostenta en su obra.

Sin titulo 25/12


El color tiene sentido emocional en la narración que hacemos de la realidad, nos lleva a estados de contemplación. En la construcción de las abstracciones de la pintura de Manuel Felguérez participan las transparencias del color, la distribución de las formas y estructuras opacas que crean un equilibrio que nos remite a las entrañas de la pintura, a fragmentos de muros pompeyanos, de las capas de los frescos renacentistas. Felguérez tiene una relación intuitiva con el color, lo deja hablar, entiende su lenguaje, lo escucha y hace que surja como la prosa de un poema. Sus atmósferas pictóricas son temperamentales, impregnan al espectador, y evolucionan ante sus ojos con el mismo ritmo de sus emociones.

Periódico intervenido / Óleo sobre papel (Diario Extra) / 41 x 28 cm / 2013



sábado, 22 de junio de 2013

Sergio Garval

Tierra Baldía (Exquisitos Pepenadores) / Óleo sobre MDF / 246.5 x 124.5 cm / 2013

Nació en Guadalajara, Jalisco en 1968. Discípulo de Luis Nishizawa y egresado de la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Guadalajara y del School of Visual Arts de Nueva York. Dibuja, hace grabado, pintura y escultura. Fue un niño tímido, el papel y el lápiz le servían para recrear mundos muy personales y expresarse a través del color y del dibujo. Es un espíritu nocturno, en contraste con su obra fatalista, tiene un gusto hedonista por la vida, disfruta trabajar escuchando música y “da pasitos” mientras pinta.

Tierra Baldía (Exquisitos Pepenadores)


En la obra de Sergio Garval no existe la utopía, ni un camino optimista, su obra es para una sociedad que se destruye con sus propios vicios. Este obispo es una acusación y un juicio en el que nadie es inocente, tanto en el que tiene fe, como el que la niega, la pederastia es un delito, aunque no esté estipulada como uno de los 7 pecados. Su análisis es cruel pero es capaz de cautivarnos, de seducirnos la mirada. Nos deja presenciar largamente lo que somos y de lo que debiéramos estar avergonzados. Este fenómeno sucede porque Sergio Garval tiene una paleta pictórica abultada, rica, decidida, que nos obliga, nos ata al lienzo. Es pintura pura, es dolor puro.

Periódico intervenido / Acrílico sobre papel (Diario Extra) / 41 x 28 cm / 2013



jueves, 13 de junio de 2013

Carlos Cárdenas

Nimrod / Óleo sobre lino / 190 x 272 cm / 2013

Nació en Monterey Nuevo León en 1969 y vive en la ciudad de Durango. Estudió en la Academia de Bellas Artes de Roma y peregrinó por todos sus museos y cafés. Realizó la obra para Milenio con sus conocimientos de pintura antigua y estableció una lucha personal con las transparencias y las capas del lienzo. Para construir sus escenas posan sus familiares y amigos con la expectación de verse transformados e inmortalizados en una pintura. Por su obra desfilan súper héroes y santos, la mitología de ayer y hoy convive en un sincretismo irreverente.

Nimrod


Nuestra sociedad ha creado, a través del progreso, la trampa en la que nos vemos atrapados. La tecnología, las ilusiones mediáticas, la híper comunicación que no puede acercarnos a los demás, al contrario, nos aleja y deshumaniza el contacto. Carlos Cárdenas Reyes pinta con técnicas antiguas esta obra que hace un juicio implacable de la modernidad, de su promesa trágica. El cielo tormentoso, contaminado y fatal deja ver las transparencias entre los azules, los tonos en óleo y temple. La carrera feroz que hemos establecido con nuestra adicción a la quimera del progreso se detendrá abruptamente y nos veremos solos, sin historia, sin naturaleza.

Periódico intervenido / Óleo sobre papel (Diario Extra) / 41 x 28 cm / 2013




sábado, 8 de junio de 2013

Diego Narváez

Desde Milenio / Óleo sobre tela / 150 x 170 cm / 2013

Es un sensation seeker del paisaje. Viajó a la Antártica a pintar con 22 horas de luz natural y vientos de 70 kilómetros por hora porque necesitaba ver, sentir y vivir la temperatura, la atmósfera, los “azules alucinantes” y la nieve del fin del mundo. Es egresado de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM, y del taller de Ignacio Salazar. Posee la sed de aventura de los naturalistas decimonónicos y es observador analítico de la camaleónica urbe, la habita y la pinta.

Desde Milenio


Las tonalidades del cielo nos dicen qué hora es, el atardecer se acerca y la luz está de espaldas al edificio. El paisaje nos permite entender cómo somos parte de un entorno y a observar el lugar en dónde vivimos. Diego Narváez Herrasti capturó un ángulo de la Ciudad de México desde el helipuerto del corporativo de Milenio. Con esta pintura tenemos una visión de un sitio que cada día es diferente, que no deja de transformarse. La percepción de la distancia cambia, en la realidad la mirada no alcanza para verlo todo, y el pintor con el paisaje nos trae lo que él desea que veamos. La ciudad de este milenio queda capturada, retenida con sus colores matizados por un cielo adulterado.


Periódico intervenido / Tintas para prensa sobre papel (Diario Extra) / 41 x 28 cm / 2013



sábado, 1 de junio de 2013

Gustavo Monroy

Tiro de gracia / Óleo sobre tela / 150 x 160 cm / 2009

Gustavo Monroy nació en 1959 y recuerda con nostalgia su infancia feliz en la colonia Condesa de la Ciudad de México, y en la frontera Norte del país. Hoy se enfrenta con su pintura al desmoronamiento de este mundo. Estudió la técnica para pintar íconos bizantinos en Europa del Este antes de la destrucción del muro de Berlín. Se toma un café express en uno de los muchos lugares de la colonia antes de ponerse a trabajar. Aprendió a meditar en el ashram de Gurumayi buscando hacer de su mente un espejo de agua quieta.

Tiro de gracia


La pintura de Gustavo Monroy estalla como un balazo en la sien. Describe el callejón sin salida en el que está inmersa nuestra sociedad, nuestro momento histórico. Se inmola a sí mismo, describe las tragedias colectivas que, de tan constantes, se han vuelto una historia cotidiana. Su pintura reflexiva, influenciada por la pintura religiosa mexicana y los iconos góticos de Europa del Este, rescata el relicario, el milagro que nos purifique de esta barbarie. Una pareja es asesinada con la misma arma, un paisaje desolado en donde no existe la paz, Monroy nos advierte, tenemos oportunidad en el arte, en la creación que libera de la violencia.

Periódico intervenido / Óleo sobre papel (Diario extra) / 41 x 28 cm / 2013