viernes, 30 de agosto de 2013

Gonzalo García

Autopsia de un país en pedazos / Óleo sobre tela / 80 x 250 cm / 2013

Estudió arte en San Miguel de Allende, Guanajuato, en el Instituto Allende. Se concentró en el grabado y el dibujo. Vive en Querétaro y nació en Puebla en 1985. Se sumerge en las profundidades de imágenes terribles buscando la belleza. Realizó una estancia artística en Suecia y regresó a enfrentarse pictóricamente con la más brutal realidad de nuestro país. Sus pinturas eróticas contrastan con las obras violentas y nos dan dos versiones de nosotros mismos: Eros y Tanatos.

Autopsia de un país en pedazos

Conocemos la terrible realidad de la invasión napoleónica gracias al testimonio de Los Desastres de la Guerra de Francisco de Goya. Sabemos de la pesadilla de la Primera Guerra Mundial con los grabados de Otto Dix. El testimonio de una guerra en una obra de arte es un riesgo y un compromiso. Gonzalo García lleva al lienzo la muerte violenta y la crueldad exacerbada de la llamada guerra contra el narco. Es un ejercicio pictórico, la pincelada hace otra cosa de esta infamia, la replantea, investiga en los matices del rojo, fragmenta el cuerpo y deja los pies y la cabeza separados. El estudio de este cuerpo es el de la guerra misma, es como su titulo lo indica “La Autopsia de un país en pedazos”.

Periódico intervenido / Carbón sobre papel / 41 x 28 cm / 2013

viernes, 23 de agosto de 2013

Cristina Sandor

Declive / Acrílico, óleo y hoja de oro falso sobre tela / 150 x 480 cm / 2013

Su rostro recuerda a los retratos de Tamara de Lempicka. Nació en 1978 en el occidente de Rumania, en la ciudad de Arad. El amor por un pintor la trajo a Durango y es mexicana por elección. Estudió en la Facultad de arte y diseño de la Universidad del oeste de Timișoara y fue museógrafa. Su relación espiritual con el arte le da fuerza en la férrea disciplina con la que trabaja y la sumerge en la obsesión por perfeccionar su obra. Se acostumbró al clima del desierto y demuestra que el arte es el lenguaje común que une a las personas.

Declive

La riqueza del trabajo y los materiales utilizados en el arte medieval, el detalle de la elaboración de los iconos, altares y vitrales tenían un significado metafísico, y la misión de hacer de la fe una presencia venerable. El oro del fondo de las pinturas simbolizaba la iluminación del ser, la luz que surge de le entrega piadosa. Esta pintura de Cristina Sandor llamada Declive retoma este lenguaje y la cubre completamente de hoja dorada. El brillo está oculto con violencia entre pinceladas ocres, negras y rojas. La iluminación cubierta por la necedad y la ceguera que nos hace insensibles al mundo. Esta abstracción de nuestra desolación, del dolor que nos rodea se sintetiza en una metáfora cromática, en el contraste entre la luz y la sombra, entre la sabiduría y la ignorancia.

Periódico intervenido / Óleo sobre papel (Diario Extra) / 41 x 28 cm / 2013

viernes, 16 de agosto de 2013

Roberto Cortázar

Venus (Número II) / Óleo y punta de plata sobre panel / 151 x 131 cm / 2012

Su casa es blanca, se viste de blanco y tiene dos pequeños perros raza bichon frise también blancos. Es este níveo amiente quirúrgico trabaja Roberto Cortázar. Es pintor precoz, nació en 1962 y estudió en La Esmeralda. Practica la esgrima y es lector de ensayo filosófico. Dice que nunca ve sus entrevistas, no hace autorretratos y pareciera que huye de su imagen en el espejo. De cualquier forma, cada pintura es él mismo, ese rostro masculino es suyo.

Venus (Número 2)

El desnudo se redimensiona y adquiere movimiento. El rostro no es estático, evoluciona. El color y la línea juegan a que nos confunden. Roberto Cortázar experimenta con un lienzo que no es plano, hace que se prolongue tridimensional, que se mueva con tres imágenes diferentes que comparten el mismo espacio pictórico. Esta búsqueda estética lo obliga a fragmentar la imagen para unirla de nuevo dentro de las fronteras del lienzo. Rompe y unifica. El movimiento hace que el espectador no pueda ver desde un solo ángulo a la pintura, hay que vivir este dinamismo con diferentes posiciones en relación al lienzo. El modelo se desdobla, como la personalidad humana. ¿Cuántas personas somos capaces de reunir dentro de nosotros mismos?

Periódico intervenido / Acrílico sobre papel (Diario Extra) / 41 x 28 cm / 2013

viernes, 9 de agosto de 2013

Rocío Caballero

Lección 24: La marcha de los indolentes / Mixta sobre tela / 90 x 160 cm / 2013

Se niega a ser cuota en las exposiciones de pintura “femenina”, dice “yo no quiero entrar en esa categoría, yo no quiero que me clasifiquen”. Se emancipa con su pincelada y no aborda temas de género, pinta desde el lado humano. Egresada de la ENPEG La Esmeralda se decidió por la pintura figurativa cuando la mayoría pintaba abstracto. Hace que sus modelos posen con trajes formales y sentados en caballitos de madera o abrazando osos de juguete: visiones lúdicas de un mundo cruel.

LECCIÓN 24: La marcha de los indolentes

Los personajes de Rocío Caballero desfilan como ratones que siguen al flautista en una fábula moderna. Con una pincelada fuerte, decidida y descriptiva, Caballero pinta a las debilidades humanas de los que son dueños del dinero y el poder, dueños del mundo. El zorro, el pato, el burro, el cerdo, con máscaras son más reales que con su verdadero rostro. Estos personajes son astutos, ladrones, hipócritas en un mundo en el que la simulación es una forma de ser y convivir, de lograr los objetivos evadiendo a la ética, los escrúpulos y la compasión. La pintura los describe como una historia intemporal, podremos pensar que así es hoy, y tenemos la seguridad que así serán mañana, porque el poder nunca se arrepiente de sus abusos.

Periódico intervenido / Óleo sobre papel (Diario Extra) / 41 x 28 cm / 2013

sábado, 3 de agosto de 2013

Samuel Meléndrez Bayardo

Homenaje a la memoria / Óleo sobre tela 202 x 172 cm / 2013

El silencio y la luz son los personajes latentes de su obra, que le dan una atmósfera existencial. Nació en 1969 en la ciudad de Guadalajara, Jalisco. Recolecta objetos y juguetes en enormes mercados, en su propia convivencia cotidiana y los pinta con detalle en sus lienzos. Pintar es para él “Una gran labor de resistencia y de necedad de todos estos años. De la seguridad de que la pintura se va a mantener como una técnica primordial en el arte”.

Homenaje a la memoria

El silencio y el inexorable transcurso del tiempo son los habitantes de las escenas solitarias de Samuel Meléndrez Bayardo. Estas vistas, estos fragmentos de edificios, cielos, monumentos, son una reunión premeditada que hace el pintor. No existen en una realidad palpable, existen en su pintura. Los recolecta, los ordena y recrea en su lienzo. Estas escenas dan la sensación de ser la conclusión del algo, de una despedida, de una ruptura, de una historia y lo que vemos son los vestigios del tiempo que ha trascurrido. Un par de zapatos viejos en la orilla de un balcón, no sabemos quién los abandonó, y sentimos que alguien se ha ido y dejó ahí un testimonio de su presencia, y algo más, dejó un trozo de su vida, un momento perdido.

Periódico intervenido / Marcador sobre papel (Diario Extra) / 41 x 28 cm / 2013