sábado, 30 de mayo de 2015

Cassandra de Santiago

Alegoría del Agua / Óleo sobre tela / 172.2 x 122 cm / 2015

AGUA

La existencia trascurre, no se detiene, es un río que se renueva infinitamente. El Agua impregna a la niña que observa la gota que tiene suspendida en la mano. Cassandra de Santiago pinta el elemento Agua en el pelo, la ropa, los pies sobre un charco, el realismo de la factura se rompe con la presencia de esa gota imposible, que representa a la efímera existencia, esa gota es la vida de cada uno de nosotros, que se integra en el río eterno. La gota que se rompe en un instante, y el río continúa su trayecto, sin nosotros. La poética del realismo, del equilibrio sobrio de sus tonalidades, la paz de la niña que mira su ser reflejado en esa gota y la flor que lleva en la mano, venimos para irnos. No hay más.



CASSANDRA DE SANTIAGO

Egresada de la antigua ENAP y del taller del maestro Ignacio Salazar, que le ayudó a encontrarse y encontrar qué quería decir en la pintura. Para ella, iniciar cada cuadro es como estar de puntas al borde de la azotea, entre la caída y la incertidumbre. Vive en el pueblo de Xochimilco, aislada de la ciudad, inmersa en sus pinturas.










Creación constante

Creo que nunca dejas de experimentar porque el momento del proceso creativo no es un momento consumado, ni es un aprendizaje consumado; siempre un paso te lleva a otro y a otro y es sucesivo, y digamos es aditivo porque vas sumando conocimiento. Podría pensar que cuando empezaba, quizá fue una época muy primigenia o muy elemental y tenía cierta inocencia que marcaba y definía lo que estaba haciendo, y eso no precisamente tiene que ser un punto desfavorable. De ahí fui añadiendo cosas, y parte de eso lo he mantenido sobre todo en ciertos motivos; en ciertas formas de acercarme a la pintura. Lo que eres tú siempre está desde el principio hasta al final y en el proceso intermedio: eso tuyo que es lo que impregnas en la pintura siempre está presente. Tienes que encontrar el punto de afinarlo para poder llegar al punto que quieres expresar en la pintura.

En dónde está la pintura

Creo que cada artista tiene su proceso y formas para crear. En mi caso, ha sido difícil porque siempre en mi pintura he querido reflejar lo que siento de mí, hacer una condensación de cómo veo el mundo. Puedes tener muchos acercamientos a la pintura, por ejemplo con una crítica social o una reflexión de la pintura misma, pero lo que me interesa es reflejar o hablar de cómo veo, cómo interpreto el mundo y a ciertas verdades que identifico en la forma de proceder de este mundo o de cómo se articula; cómo se refleja en mí, y poder reflejar eso a través de mi pintura.

La soledad está en la pintura

Desde que comencé la representación de personajes ha sido una característica de mi pintura; éstos aparecen solos. En un principio empecé con el retrato, eran solamente los personajes. Poco a poco fui añadiendo otros elementos y quizás enriqueciendo el discurso. Uno de los más recurrentes ha sido precisamente el AGUA, el personaje relacionado con ese elemento, ya sea en lugares que implican la presencia del mismo o con figuras muy simbólicas que también llevan las gotas de AGUA. Busco ese momento en el que estos personajes, que son el reflejo de persona y personaje y al final se vuelven uno, están haciendo una meditación de su condición humana.

El reflejo está en la pintura

No solo haces pintura para encontrarte a ti sino que a través de la pintura también se refleja tu propia verdad, que sirve para partir hacia algo externo que al final se va a reflejar para afuera. Es encontrar un punto perfecto de comunión entre tú y lo que estás haciendo, la forma en la que estás absorbiendo e interpretando el mundo. Es un proceso muy complejo de reflejos: en dónde estás tú y te reflejas pero eso también te refleja a ti. Estás en una constante reciprocidad que te va dando el poder añadir cosas y reflejarte hacia eso.

Elemento AGUA en El Mural del Milenio

Estoy abordando el AGUA como un agente de cambio y transformación que, precisamente, lo puede lograr a partir de su constante fluir. El AGUA es un elemento inasible, es decir, nunca lo puedes contener. Siempre está fluyendo y es en ese constante fluir que puede dar su purificación porque si tú contienes el AGUA, se estanca y se echa a perder. Siento que algo que encontré en mi reflexión sobre el AGUA es que la naturaleza humana es AGUA, sobre todo porque nunca somos los mismos. Siempre estamos cambiando como el AGUA que fluye; nosotros también fluimos y la vida es así. Vivir en el presente es entender que al AGUA no la puedes contener y tampoco puedes detener la vida, ni a nosotros mismos, no podemos contenernos, ni vivir en el pasado o en la añoranza. Es en el aquí y el ahora donde se consuma nuestra verdad como seres humanos, como realidades, como entes. Utilicé la figura de la gota porque para mí se vuelve un motivo simbólico de esto. La gota dura unos instantes y al final llegué a esta reflexión: cada instante de la vida es como una gota de AGUA, es único e irrepetible; es perfecto, es brillante, dura unos instantes y después ya no más. No desaparece; simplemente se transforma en algo diferente.

Periódico intervenido / Óleo sobre papel (Diario Extra) / 41 x 28 cm / 2015

sábado, 23 de mayo de 2015

Liliana Gálvez Heras

Camino de paso / Óleo sobre tela / 171.5 x 111.5 cm / 2015

FUEGO

El Elemento Fuego está en la temperatura climática, social, en la desesperación de las calles sofocantes, de la urbe que hierve con millones de motores quemando combustible.  Liliana Gálvez Heras pinta al Elemento Fuego en sus consecuencias, la forma se altera, la visión de la realidad está afectada por su temperatura, se convierte en un espejismo, es ese engaño que crea el calor del sol para enloquecernos. Esta pintura guarda misterios, hay denuncias, advertencias y referencias que el observador debe encontrar. Se niega a recurrir a tonalidades calientes para hacernos recordar el asfalto ardiendo, la impotencia ante la aberración climática que hemos provocado y que nos está consumiendo.



LILIANA GÁLVEZ HERAS

La búsqueda de un estado armónico interno y externo la ha llevado a la observación del entorno y su recreación pictórica. Egresada de la licenciatura en Artes Plásticas por la Universidad Autónoma de Querétaro. Los efectos visuales de sus pinturas son resultado de la constante experimentación, de aciertos y fracasos, hasta que consiguió la atmósfera que deseaba.











Concientizar la decisión

Antes de entrar a la licenciatura era claro que quería ser pintora, nunca tuve la duda. En el trayecto de la licenciatura varias personas a mí alrededor me dijeron: “bueno, ¿y de qué vas a vivir?” La verdad es que no tenía a nadie cercano que viviera de esto, ni influencias familiares. Mi papá es médico pediatra, mi mamá es matemática. Entonces empezó la familia con que pon un negocio, trabaja para poder pintar. Los dos últimos años de la carrera puse un negocio de sistemas de impresión con mi mamá. Después llegó una fuerte influencia de parte de un pintor que conocí saliendo de la carrera, un pintor que se dedicaba únicamente a pintar y vivía de la pintura. En las primeras pláticas me preguntó: “¿tú qué eres?” “Pues soy pintora”. “¿Y a qué te dedicas?” “A otra cosa”. Al mes de eso dije: “si soy pintora me dedico de lleno a eso”.

Mirar y recrear

Dije, en primera, abstracto no sé pintar, no me gusta y nunca lo he hecho, entonces empecé a pintar de la única manera en que yo sabía que era figurativa, con retratos de fachadas, pero metiéndome en mi inquietud social del paso del tiempo, la transformación. Trabajé con fotos de rollo, ir a imprimir, ir a cuadricular, ir a hacer el dibujo. Mis primeros cuadros tardaron, literalmente, meses en salir, pero les iba muy bien. Empecé a viajar para ver pintura, saber de qué se trata esto, en serio, de lleno, sin aspiraciones falsas. Agarré mi camarita y todo el día tomaba fotos, así fuera a un bar, a un jardín, a los lugares de viaje, todos los días con la cámara y de ahí salió. Sobre todo, nunca he querido únicamente decorar, el concepto me ocupa bastante tiempo.

El paisaje transformado por el clima

El efecto del Agua surgió por esta inquietud sobre el cambio climático, pero no quería ser tan literal ni parecer periódico. Tengo una hermana que es bióloga y me dijo: “en dos o tres años va a empezar a llover y no va a parar en días, las estaciones se van a volver más largas, y el frío va a ser mucho más frío; o sea, no es solo que todo se va a calentar”. Entonces, yendo adentro del auto empezó a llover y a llover y fueron las primeras inundaciones en Querétaro y pensé: “ya está aquí, esto es”. Saqué fotos dentro del auto y decidí: “este es el cuadro que quiero”.

El Fuego en El Mural del Milenio

El elemento Fuego fue sorpresivo para mí por lo que hago y pensé: “es para que vea algo diferente”. Siempre estoy pensando, pensando, pensando. Lo metí en mi cabeza y dije: “a ver, cómo lo voy a arreglar”. En primera, fuera el color rojo, ni amarillos ni nada. Los retos me gustan mucho, porque además no los resuelvo en un solo momento, medito mucho. Pasa el tiempo, vivo cosas y eso va transformando el concepto. Entonces decidí las tres partes más importantes de la obra o que engloban lo que es en sí. Primero el efecto, eso es importante porque me gusta mucho la transformación de la realidad, la deformación de la línea, no busco el hiperrealismo, me gusta que al acercarte digas “son manchitas de pintura”, y que te alejes y digas “ah, también forman letreros, autos, personas, etcétera”, pero además con un efecto de calor.

La violencia y el Fuego

Otra cosa muy importante para mí es la situación social actual en México; todo esto de las muertes, de que si los quemaron, así que me puse a hacer investigación sobre el Fuego mezclado con México y es mucha violencia, y dije: “de qué manera le voy a insertar”, pero no igual, o fatalista. Como artista plástica, creadora, quiero que mi cuadro sea un retrato urbano con ciertos mensajes. Estoy con la no violencia, no creo que la violencia deba generar más violencia, ni que deba de arreglarse de esa manera. Me di a la tarea de poner en mi cuadro aspectos culturales. Por ejemplo, hay un letrero que es un tapiz que hice de Guerrero; abajo hay otro letrero de una catrina, todo esto borroso para no ser tan literal, tan brusca. La otra parte muy importante es que el cuadro es un camino, es el paso. Todo es un paso, hay cambios y debemos dejarlos pasar, no ser tan incisivos porque siempre nos estamos transformando.

Periódico intervenido / Óleo sobre papel (Diario Extra) / 41 x 28 cm / 2015

sábado, 16 de mayo de 2015

Sergio Gutman

Aire / Óleo sobre tela / 176.5 x 137 cm / 2015

AIRE 

Las raíces pictóricas de Sergio Gutman son constructivistas, racionales, que hacen del orden y la sección Aurea un camino para la armonía de su obra. Pintó al Elemento Aire con las características que observó, recreó su ligereza, su movimiento constante, rítmico y visible que provoca sensaciones en nosotros y afecta el entorno. En la pintura de Sergio Gutman el Aire es una fuerza a veces pasiva y a veces activa, en tonos neutros que dan atmósfera y profundidad.  Imprimió la forma de un objeto en sentidos contrarios y nos plantea esa corriente que el Aire adquiere cuando viaja, que nos trae con sus ráfagas sensaciones, visiones y voces, noticias de la lejanía, porque el Aire nos envuelve y viaja.



SERGIO GUTMAN

Estudió filosofía y no sabe por qué, la dejó y se dedicó a las artes plásticas, a crear esculturas, pinturas con relieves y texturas. Estudió en Barcelona con Albert Ráfols-Casamada en la Escola Eina, esta influencia catalana y la obra de Torres García le ayudaron a crear su lenguaje con los materiales y la composición.











Constructivismo

Joaquín Torres García le llama universalismo constructivo a la idea de ir a lo más esencial. Para mí y mi obra fue como un encuentro personal porque en esa época de los ochentas, cuando la pintura estaba en crisis existencial y había mucho rollo, que si esto es pintura o que si es lo otro, me parecieron muy refrescantes, y muy enriquecedoras, las ideas del constructivismo donde todo es muy claro, se habla de plástica, de estructuras, de tono, de color de los elementos esenciales y está basado en la geometría y, por supuesto, en la sección áurea que es básica.

Sección áurea

No me pongo a medir, tengo mi compás, aunque la verdad es que ya no mido. Una cosa que llegas a entender con la sección áurea es que si te has dedicado algún tiempo a dibujar, y yo dibujo mucho, es que el sentido de la sección áurea lo interiorizas, a veces lo divertido es hacer una cosa y medir después. Vengo con el compás y confirmo, o hago un pequeño ajuste, pero realmente, al contrario de lo que se cree, uno no está midiendo antes de dar una pincelada.

Arte impersonal

Una de las cosas que interesó del constructivismo es la idea del arte impersonal, no hay un enfoque tan fuerte en la personalidad del artista y su estilo único e irrepetible en el mundo y que no hay otro como él. Es algo que me gustó porque se entiende que lo personal sale aun a tu pesar, tú haces un garabato y es tuyo, o haces tu firma y tiene tu personalidad. Esta idea de un arte impersonal del constructivismo en el fondo tiene la propuesta de un arte colectivo, que se basa realmente en la tradición, no es un ismo más del siglo XX, es una tradición milenaria, es una manera de entender el arte. La obsesión por el estilo propio es una trampa en la que veo que muchos han caído, la gente agarra una cosa y dice “este es mi estilo”, se clava, se repite infinitamente y ya no cambia. 

La materia

Es importantísimo saber que no le puedes decir a la materia cómo tiene que comportarse, eso es algo esencial. Es una de las ideas que entendí con pintoras como Federica Matta; ella hablaba del diálogo con la materia que parece una cosa tonta. Les digo a mis alumnos cuando doy clases: no te vas a poner a platicar con el cuadro, pero si hay una cosa totalmente cierta es que agarras un objeto o trabajas con una materia y ésta se comporta de una manera. Por ejemplo: tú haces una mancha o haces algún movimiento y luego das un paso atrás y esperas a ver qué responde, entonces el siguiente movimiento tiene que ver con eso, porque no le dices a las manchas de pintura cómo escurrirse o cómo caer, hay un diálogo. Trabajo el relieve e integro objetos pegados, un pedazo de madera que encontré o algo. Primero dejas al objeto que te sugiera cosas, qué hacer con él, tú le vas diciendo y al final se ponen de acuerdo porque haces lo que es tu intención pero siempre respetando la materia.

Elemento AIRE

Cuando trabajas con los colores primarios como yo hago, estrictamente se da una cosa un poco rara que llamo el efecto cromático, que es cuando se equilibran totalmente los colores, entonces casi se neutralizan unos a otros. Mis cuadros al final no dan la impresión de color, la dan casi como si fueran monocromos, es el color de la luz y de la atmósfera. Una de las ideas que pensé fue: ¿qué sería el elemento AIRE en la pintura? Entonces se me ocurrió que es la atmósfera, finalmente el que da la atmósfera es el tono. En un plano donde pones algo de tono, se da inmediatamente una tensión en los planos, en la profundidad. Es la idea de una pecera que estás viendo ahí y tiene una profundidad que el pintor controla. La decisión más importante que hace el pintor en el espacio en el que va a trabajar es qué tan profundo va a ser su cuadro. Tomé varias cosas en cuenta: el AIRE es volátil, es ligero, por eso están saliendo los elementos, es difícil de contener. La otra es el movimiento. Estuve buscando un elemento que me diera este movimiento y lo encontré poniendo este objeto cotidiano, un círculo para arriba y otro para abajo. La idea era que hubiera movimiento. 

Periódico intervenido / Acrílico sobre papel (Diario Extra) / 41 x 28 cm / 2015

viernes, 8 de mayo de 2015

Alberto Ramírez Jurado

La Tierra y yo / Óleo y esmalte sobre tela / 171.5 x 121.5 cm / 2015

TIERRA

Ama a la Tierra, ve crecer sus frutos, sabe de sus cambios, de sus estaciones, estudia sus colores. Alberto Ramírez Jurado relaciona su búsqueda por recrear la atmósfera de los recuerdos y las emociones con su vivencia del elemento Tierra.  Esta pintura abstracta contiene los colores del momento en que fue pintada, el sol quemante que abraza la Tierra y altera nuestra percepción. La abstracción al desprenderse de la forma le permite capturar la atmósfera, la presencia de las características cromáticas y sensoriales de la Tierra. Alberto Ramírez Jurado experimenta la Tierra que nos contiene sin fronteras, que es parte de los sentidos y recrea los sabores, olores, memorias, temperaturas.



ALBERTO RAMÍREZ JURADO

Egresó hace quince años de la ENAP, vive en el pueblo de Milpa Alta, en donde nació, dice que los bodegones son los únicos cuadros que nunca lo dejaron satisfecho. Sus pinturas se gestan en los recuerdos, la memoria, en los colores que soñamos. Busca que su obra conecte con el público de forma libre, sin explicaciones, con el impacto del color y la forma.










Decidir pintar

Fue un paso de meditación, de coraje, de lucha contra muchas cosas que uno escucha en la calle: “te vas a morir de hambre”, “qué es eso”, “¿y luego qué vas a pintar, paisajes?”, “para dónde, quién te va a comprar, dónde te vas a promocionar”. Hasta en la escuela, lamentablemente… También hay muchos mitos y te lo dicen, pero a final de cuentas uno tiene que persistir, ser constante, muy disciplinado y seguir adelante con esos sueños que en principio estaban y que seguirán perdurando durante toda la carrera. Siempre fui muy persistente, tomé la decisión, sabía los riesgos y con lágrimas en los ojos seguí adelante, aunque se me cerraban las puertas, aunque tenía familia seguí adelante. Al contrario de lo que se piensa, pintar es una de las carreras más difíciles, es luchar contra corriente, vencer mitos, brincar piedras en el camino.

Buscar la abstracción

Se dio en la escuela, yo quería ser figurativo, pero no una figuración de copiar, no quería hacer una mímesis de lo que estaba viendo y decidí hacer otra cosa. Creo que hay algo más atrás de copiar la figura humana, el paisaje o los bodegones, y de ahí la insistencia de estar gastando libreta tras libreta, eso me llevó a una evolución de la figuración parcial a una abstracción. Mi pintura ha evolucionado gracias a la insistencia, a los maestros, a la lectura, a viajar y ver pintura, he cambiado porque al principio tenía influencia de ciertos maestros como Tamayo, Toledo.

Composición y abstracción

Los colores, la composición de todo esto nace de que cada artista debe saber desde el principio por qué pone una cosa allá o por qué pone otra cosa acá. Son decisiones, por ejemplo: cuando uno revisa los cuadernos, este niño escribe diferente y a veces decide poner un acento o no poner acento o juntar las palabras porque así es o porque así se va formando o porque es su carácter: eso hace la diferencia de un niño con otro, y así pinto también. Es como encender el foco, hacer clic y todo lo aprendido en la escuela se transforma, se convierte en pintura, se convierte en música, en composición. Sucede algo extraño en la cabeza y empiezas a formar cosas, a crear, a dialogar, aparecen formas y composiciones porque ya es el cuadro el que te está hablando.

Proceso errante

Todos mis cuadros son cuadros errantes porque pinto en un lugar y luego pinto en otro, mis cuadros están conmigo en la cocina, en mi habitación, están conmigo viendo tele, estoy viendo la tele y estoy viendo mi cuadro. Para terminar los cuadros utilizo a veces la emoción y a veces la meditación. Dejo de ver los cuadros por un tiempo y cuando los vuelvo a ver como que tengo ganas de seguir interviniéndolos. Dejar una pintura es una decisión difícil pero hasta que a mí me agrade, hasta ahí está terminada.

El elemento TIERRA en El Mural del Milenio

La TIERRA me cayó encima porque yo nací y estoy en un lugar alejado de la ciudad y aquí están mis raíces, mi TIERRA, mi gente, estoy en comunicación constante con el campo, con las piedras, con el color, con el sabor de la TIERRA. Aquí lo más fácil de ver son verdes, ocres, amarillos, y mejor en esta temporada que son amarillos y verdes, y todos esos colores me sirven para hacer esta composición. No trabajo con temas tan específicos como la TIERRA y se me hizo interesante, mis temas han sido como recuerdos de figuras, de colores, cuestiones de la memoria y en esto el elemento TIERRA encajó un poquito con los recuerdos, con sueños, con este lugar. La TIERRA es algo que los que vivimos en esta área, pues lo vivimos a diario, sabemos cuándo es tiempo de cosechar, cuándo es tiempo de sembrar, estamos en constante comunicación con la TIERRA. Esto se refleja en mi pintura, en los colores que a veces son cálidos, a veces fríos, cambian muchísimo y a veces estos colores amarillos se van a colores ocres, naranja o rojos en estas temporadas.


Periódico intervendo / Óleo pastel, pintura vinílica, y óleo sobre papel (Diario Extra) / 41 x 28 cm / 2015


sábado, 2 de mayo de 2015

Roger Von Gunten

Éter / Óleo sobre tela / 170 x 115 cm / 2015

ÉTER

Roger von Gunten da visibilidad al elemento Éter que es invisible, indescriptible e inasible. Realiza una pintura abstracta, con miles de pinceladas que alternan el rojo, el azul y el amarillo creando una superficie inestable, holográfica, vibrante con un cromatismo neutro. La existencia del elemento Éter tiene discusiones filosóficas, mitológicas y científicas, Aristóteles le atribuía movimiento circular y de materia incorruptible, otros pensadores niegan su existencia. Einstein afirmó que “según la Teoría de la Relatividad General el espacio está dotado de cualidades físicas, en ese sentido existe el Éter”. Roger von Gunten lo lleva a la capacidad de contemplar el sentido inmaterial y puro de una obra.




ROGER VON GUNTEN

Nació en Zúrich, Suiza, y emigró a Tepoztlán, Morelos, donde vive desde hace décadas. Artista comprometido con la realidad artística y social se atreve a decir lo que piensa hasta cuando le entregaron la Medalla de Bellas Artes en 2014 calificando como “una frivolidad recibirla en medio de tanta violencia”. Su obra inspirada en el color de México y las incógnitas humanas es cómo el Éter, inasible.









Espacio de contemplación

Creo que la obra de arte debe ser una vivencia para el autor y para el que la está mirando, también se necesita talento y creatividad para entender un cuadro, a menos que sea hiperrealista, que sea puramente representativo. Es bastante difícil tener un espacio para contemplar pintura, el mayor obstáculo hoy en día para apreciar la pintura es esta capacidad de contemplar, la entrega a la imagen. No tenemos que entregarnos a un anuncio espectacular que nos pide que votemos por X político, o que compremos tal y tal cosa. Lo difícil es transmitir algo para que el espectador no sea únicamente un adivinador o un crítico de lo que ve, sino que se alimente con esto.

Pintura desvirtuada

El cuadro desgraciadamente se ha convertido de un objeto de contemplación en un objeto de especulación midiendo su valor mediático, su valor monetario, sus efectos especiales. Eso no tiene que ver con el arte, tiene que ver con el espectáculo. El espectáculo también puede ser arte pero en cuanto a una imagen hay que ver. Es difícil pintar algo si no se ha entendido la función de la imagen como objeto de contemplación. Incluso los científicos hablan de nuestra cada vez menor capacidad de entender un contenido codificado como es la imagen.

La intuición y la creación

Crear o pintar es más bien intuitivo. La música nunca ha tenido la tarea de documentar algo, la música tocada es un ente abstracto, existe por la melodía, la armonía y el ritmo. La pintura puede existir como color, forma y factura. La factura finalmente sigue siendo el elemento portador de la imagen. El arte es el corazón, la base de toda cultura. Una actitud de ver algo, de ver un sentido en algo que en sí a lo mejor no lo tiene, usar la imaginación. No vemos el mundo como inventario de cosas, vemos selectivamente; vemos algo y enseguida tenemos una asociación o varias asociaciones. Todo punto de vista crea una perspectiva y una vez entendiendo que todos tienen su perspectiva porque tienen su punto de vista, ya podemos convivir con varias perspectivas sin sentir que las otras perspectivas nos quitan algo. De hecho, hay una gran amenaza a lo que se llama “la persona”, a su punto de vista, sus asociaciones, sus memorias, sus ramificaciones donde toca comprender otra persona. Todo está globalizado, en todas partes.

Elemento Éter en El Mural del Milenio

Últimamente he perdido el contorno en mi pintura, ya no soy tan figurativo pero en el caso del Éter había que representar algo que nunca ha sido comprobado, un ente metafísico ¿Cómo representar un ente metafísico que es capaz de penetrar todo, de existir en todos los intersticios que hay hasta en los átomos? Se debe sentir como una superficie vibrante. Fue una tarea y tenía que ser parte del mural, se debe de ver como un todo, no un cuadro independiente. Hubiera sido más fácil pintar el Aire o la Tierra. Para llegar a esta abstracción sentí que no podía usar formas visibles, sino formas muy pequeñas que se ven en conjunto como una vibración. Hice varios intentos para ver los colores que podrían representar el Éter y también la independencia del Éter. Sentí que el Éter hace posible los atributos, pero no tiene atributos, hace posible la materia, hace posible que existan las percepciones. En sí, no puede tener atributos pero crea. Simplemente me imaginaba que los pintores habrían usado rojo para el Fuego y azules para el Agua, para el Aire. Tiene azul también pero el azul no es preponderante. Lo que es preponderante es algo que vibra. Hay otro misterio en los colores. ¿Por qué hay tres colores primarios que no pueden ser resultado de ninguna mezcla? Entonces, esos son los colores que he atenuado justo para producir una vibración no neutra, pero una vibración no especificada. El que quiere ver el azul, ve el azul; si quiere ver el rojo, ve el rojo; el que quiere ver el amarillo, ve el amarillo.

Periódico intervenido / Acrílico sobre papel (Diario Extra) / 41 x 28 cm / 2015