sábado, 2 de mayo de 2015

Roger Von Gunten

Éter / Óleo sobre tela / 170 x 115 cm / 2015

ÉTER

Roger von Gunten da visibilidad al elemento Éter que es invisible, indescriptible e inasible. Realiza una pintura abstracta, con miles de pinceladas que alternan el rojo, el azul y el amarillo creando una superficie inestable, holográfica, vibrante con un cromatismo neutro. La existencia del elemento Éter tiene discusiones filosóficas, mitológicas y científicas, Aristóteles le atribuía movimiento circular y de materia incorruptible, otros pensadores niegan su existencia. Einstein afirmó que “según la Teoría de la Relatividad General el espacio está dotado de cualidades físicas, en ese sentido existe el Éter”. Roger von Gunten lo lleva a la capacidad de contemplar el sentido inmaterial y puro de una obra.




ROGER VON GUNTEN

Nació en Zúrich, Suiza, y emigró a Tepoztlán, Morelos, donde vive desde hace décadas. Artista comprometido con la realidad artística y social se atreve a decir lo que piensa hasta cuando le entregaron la Medalla de Bellas Artes en 2014 calificando como “una frivolidad recibirla en medio de tanta violencia”. Su obra inspirada en el color de México y las incógnitas humanas es cómo el Éter, inasible.









Espacio de contemplación

Creo que la obra de arte debe ser una vivencia para el autor y para el que la está mirando, también se necesita talento y creatividad para entender un cuadro, a menos que sea hiperrealista, que sea puramente representativo. Es bastante difícil tener un espacio para contemplar pintura, el mayor obstáculo hoy en día para apreciar la pintura es esta capacidad de contemplar, la entrega a la imagen. No tenemos que entregarnos a un anuncio espectacular que nos pide que votemos por X político, o que compremos tal y tal cosa. Lo difícil es transmitir algo para que el espectador no sea únicamente un adivinador o un crítico de lo que ve, sino que se alimente con esto.

Pintura desvirtuada

El cuadro desgraciadamente se ha convertido de un objeto de contemplación en un objeto de especulación midiendo su valor mediático, su valor monetario, sus efectos especiales. Eso no tiene que ver con el arte, tiene que ver con el espectáculo. El espectáculo también puede ser arte pero en cuanto a una imagen hay que ver. Es difícil pintar algo si no se ha entendido la función de la imagen como objeto de contemplación. Incluso los científicos hablan de nuestra cada vez menor capacidad de entender un contenido codificado como es la imagen.

La intuición y la creación

Crear o pintar es más bien intuitivo. La música nunca ha tenido la tarea de documentar algo, la música tocada es un ente abstracto, existe por la melodía, la armonía y el ritmo. La pintura puede existir como color, forma y factura. La factura finalmente sigue siendo el elemento portador de la imagen. El arte es el corazón, la base de toda cultura. Una actitud de ver algo, de ver un sentido en algo que en sí a lo mejor no lo tiene, usar la imaginación. No vemos el mundo como inventario de cosas, vemos selectivamente; vemos algo y enseguida tenemos una asociación o varias asociaciones. Todo punto de vista crea una perspectiva y una vez entendiendo que todos tienen su perspectiva porque tienen su punto de vista, ya podemos convivir con varias perspectivas sin sentir que las otras perspectivas nos quitan algo. De hecho, hay una gran amenaza a lo que se llama “la persona”, a su punto de vista, sus asociaciones, sus memorias, sus ramificaciones donde toca comprender otra persona. Todo está globalizado, en todas partes.

Elemento Éter en El Mural del Milenio

Últimamente he perdido el contorno en mi pintura, ya no soy tan figurativo pero en el caso del Éter había que representar algo que nunca ha sido comprobado, un ente metafísico ¿Cómo representar un ente metafísico que es capaz de penetrar todo, de existir en todos los intersticios que hay hasta en los átomos? Se debe sentir como una superficie vibrante. Fue una tarea y tenía que ser parte del mural, se debe de ver como un todo, no un cuadro independiente. Hubiera sido más fácil pintar el Aire o la Tierra. Para llegar a esta abstracción sentí que no podía usar formas visibles, sino formas muy pequeñas que se ven en conjunto como una vibración. Hice varios intentos para ver los colores que podrían representar el Éter y también la independencia del Éter. Sentí que el Éter hace posible los atributos, pero no tiene atributos, hace posible la materia, hace posible que existan las percepciones. En sí, no puede tener atributos pero crea. Simplemente me imaginaba que los pintores habrían usado rojo para el Fuego y azules para el Agua, para el Aire. Tiene azul también pero el azul no es preponderante. Lo que es preponderante es algo que vibra. Hay otro misterio en los colores. ¿Por qué hay tres colores primarios que no pueden ser resultado de ninguna mezcla? Entonces, esos son los colores que he atenuado justo para producir una vibración no neutra, pero una vibración no especificada. El que quiere ver el azul, ve el azul; si quiere ver el rojo, ve el rojo; el que quiere ver el amarillo, ve el amarillo.

Periódico intervenido / Acrílico sobre papel (Diario Extra) / 41 x 28 cm / 2015 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario